Por: FORECASTIM

El 30 de mayo pasado el Secretario de Comercio de Estados Unidos anunció la imposición de aranceles, con una cuota de 25%, a la importación de acero proveniente de México, Canadá y la Unión Europea, medida que entró en vigor un día después del anuncio.

El 6 de junio llegó la respuesta de México en el mismo sentido, disposición que gravó 50 fracciones arancelarias relacionadas con productos del metal siderúrgico proveniente de Estados Unidos, independientemente del país de su procedencia.

La política arancelaria tendrá un efecto de encarecimiento en los productos y cadena de valor del acero en ambas naciones.

En una canasta de productos como tubos, concentrados, láminas y otros, México presentó en 2017 un déficit por 741 millones de dólares ante el país vecino del norte, según datos del Census Bureaude aquel país. En este escenario y de continuar la tendencia deficitaria, además de los aranceles incorporados, nuestro país importará inflación.

El segundo canal de transmisión inflacionaria es el tipo de cambio. Si las negociaciones comerciales continúan tensándose, las posturas financieras contra el peso obligarán a la moneda mexicana a perder valor, lo cual encarecerá aún más la compra de bienes extranjeros. Todo esto sin contar la medida proteccionista y su relación en la formación de precios en la industria mexicana del acero.

En México el acero y su cadena de valor impacta, entre otras, a tres importantes industrias: la industria de fabricación de equipo de transporte; la industria de la construcción, que demanda casi una quinta parte del mercado siderúrgico; y en tercer lugar, la manufactura de productos metálicos, subsector que coloca un porcentaje importante de sus productos en la construcción.

Partiendo del hecho de que la Industria de la Construcción compra materiales directamente a la industria siderúrgica tales como varillas, barras, láminas; así como de manera indirecta a fabricantes de productos metálicos como estructuras metálicas, torres, vigas, entre otros.

De acuerdo con los resultados de nuestro análisis, en el escenario adverso de que el precio del acero suba 25% en nuestro país y dicho incremento se traslade al consumo intermedio y final; el impacto sobre la inflación en la industria de la construcción será de entre 4 y 5.5% adicional, bajo el supuesto de que lo demás permanezca constante.

El grado de sensibilidad que presenta la construcción ante el precio del acero es alta; es decir, por cada punto porcentual de incremento en los insumos de la industria siderúrgica, la inflación en la construcción se incrementa 22 puntos base, ceteris paribus.

En el mes de mayo la inflación en el sector construcción registró un incremento de 8% interanual; en este caso, por ejemplo si los precios del acero en nuestro país suben 25%, la inflación en la industria se dispararía inmediatamente a 12% y llegaría a 13.5 por ciento cinco meses después del primer impacto.

Recordemos que en 2017 la actividad constructiva presentó tasas de inflación interanual de 13.4% entre los meses de febrero y abril; en aquella ocasión, el resultado se asoció principalmente por el precios de los combustibles.

El alto grado de sensibilidad que presenta la construcción ante el acero, se debe a que este último no tiene sustituto en el proceso producción, por lo que se cataloga como un bien inelástico. En este caso, el costo final se traslada al contratista de la misma o el constructor asume parte del incremento, sacrificando un porcentaje de la utilidad, dependiendo las cláusulas de contratación de la obra o del crecimiento económico del sector.

Por su parte, la sensibilidad del precio del acero depende también del tipo de obra. Por ejemplo, la edificación de naves y plantas industriales es la más expuesta, ya que en promedio un 25% -a precios de mercado- de los materiales que incorpora en el proceso constructivo tienen relación con el acero.

Le siguen en grado de exposición la obras de generación de electricidad, tendido eléctrico y de las telecomunicaciones. En el siguiente nivel se encuentran la construcción de sistemas de distribución de petróleo y gas; o las relacionas con la distribución y tratamiento de agua y sistemas de riego.

En general el acero es un componente importante en el sector de la construcción y su precio impactará en el costo de las obras, así como en la salud económica de la industria.