En sus inicios, Becquerel demostró el efecto fotovoltaico en 1839 y allá por 1883, se instalaron los primeros módulos fotovoltaicos o paneles solares fabricados a partir de placas de selenio, hasta que se descubrió que el silicio tenía mayor eficiencia para generar electricidad a partir del sol, ya en la era moderna. Actualmente dicho elemento, en una composición cristalina, es el material estándar del que están compuestas las celdas solares que integran un panel y son muy finas, llegan a medir sólo 150 micrómetros de grosor, de aquí que la constitución de los módulos sea muy frágil y que requieran los mayores cuidados en su manejo, instalación y mantenimiento.
Fabricación de una celda fotovoltaica
Una oblea o wafer es la estructura base de una celda fotovoltaica. Su proceso de fabricación consiste en: a partir de arena se obtiene silicio metálico (con 98% de pureza) y luego mediante un proceso de purificación adicional se obtiene silicio de grado solar (con 99.999% de pureza). En este estado se somete a un proceso térmico para obtener la estructura cristalina adecuada y dependiendo del procedimiento aplicado se obtiene un lingote de silicio monocristalino o silicio policristalino. Dicha pieza se corta en obleas, las cuales después deben pasar por varios complicados procesos antes de poder producir electricidad. En función de esto, compartimos enseguida algunas recomendaciones para la manipulación de los paneles solares.
Para llevar a cabo para una instalación de energía solar, lo primero que se debe hacer es un estudio de factibilidad del terreno y/o construcción donde se quiere montar, una vez que se tenga la certeza de que el lugar es adecuado, se diseña el proyecto. Tanto para sistemas residenciales, como para grandes parques solares, los factores a tomar en cuenta son:
Contar con un proveedor especializado de Ingeniería, Abastecimiento de materiales y Construcción (EPC, por sus siglas en inglés).
Una sola compañía o experto que cuente con el conocimiento y experiencia en todos los pasos del desarrollo del proyecto, para evitar incrementar costos contratando a diferentes empresas que se encarguen de cada cosa: el que diseñará la estructura, el que consigue los permisos gubernamentales para la instalación (debe conocer la legislación local), el que realiza las gestiones para la conexión a la red eléctrica (dependiendo del volumen de energía requerida), el que hace la ingeniería, el que provee los módulos fotovoltaicos, seguidores solares, inversores, baterías y demás elementos requeridos. Esto ayudará a recuperar la inversión inicial en menor tiempo y a que sea rentable, en el caso de ser una planta.
Asegurarse de que el terreno o construcción reciban sol suficiente y soporte el peso y dimensiones de los módulos.
Lo principal es evitar lo mayor posible las sombras. Aunque luzcan estéticos en cierto lugar o posición, los paneles bajo sombra se convierten en consumidores de energía. Por eso es necesario hacer un estudio adecuado de la radiación solar del lugar y detectar el mejor ángulo hacia donde deben “mirar”. No sólo es direccionarlos hacia el cielo, por ejemplo: en el hemisferio norte, el módulo se pone inclinado hacia el sur y en el hemisferio sur, hacia el norte, para que reciba más horas de sol.
Manipulación sensible de los módulos fotovoltaicos.
Como se mencionó previamente, las celdas solares que componen los paneles estás hechas de cristales de silicio y es muy fácil romperlos, sean monocristalinos o policristalinos. La mayor precaución que debe tenerse es manejarlos como un vidrio tal cual, porque es probable que se rompan sin que se afecte el cristal exterior, por tanto no sería perceptible. Un panel se debe levantar entre dos personas al menos y nunca debe pisarse (hay quienes lo hacen para limpiarlos) porque si se rompe se puede causar una degradación anticipada de su eficiencia. Empieza a producir menos energía o puede desarrollar puntos calientes que afectan la producción total del módulo y reducen su tiempo de vida (los de Trina Solar tienen una garantía de hasta 25 años, debido a su confiabilidad basada en más de 30 pruebas del producto).
Se recomienda: siempre leer el manual de usuario del fabricante, seguir las indicaciones para la puesta a tierra correctamente y al instalarlos, mantener una separación mínima de 10 milímetros entre cada uno para permitir la expansión térmica de los materiales.
Extrema precaución para el mantenimiento de paneles solares.
En términos generales, una instalación de energía fotovoltaica residencial o de planta requiere de un mantenimiento periódico, sobre todo si está expuesta a mucho polvo o a climas extremos. Sin embargo, es simple. Básicamente consiste en la limpieza de los módulos con un elemento adecuado, dependiendo del tipo de instalación, de preferencia sin ningún tipo de jabón o sustancia y con el mismo cuidado de no pisarlos ni manipularlos de forma tosca o peligrosa.
En conclusión, si se tienen en cuenta los cuidados y mantenimiento pertinentes de una instalación fotovoltaica, el usuario obtendrá más pronto su retorno de inversión, generará más y mejores ingresos, en el caso de ser una planta, y extenderá el tiempo de vida de la misma.
Por José Alberto Florez, Gerente de Servicios Técnicos de Trina Solar Latinoamérica y Caribe