REVOLUCIONA LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN.

 

Hasta hace unos años la industria de la construcción de nuestro país no se había visto beneficiada por la innovación de ingenieros mexicanos. Entendiendo esta ne­cesidad, Creacero implementó la roladora en frío, la cual es abastecedora del perfil ‘C’; que además ofrece la oportunidad al pequeño y mediano empresario del sector de obtenerla mediante una franquicia.

En entrevista para IDM, el ingeniero Alberto Cornejo, director General de la firma, explicó el funcionamiento, ventajas y demás aspectos relevantes del invento.

Creacero, empresa dedicada a la investigación y diseño de elementos estructurales prefabricados para planes de construcción presenta la única ro­ladora de origen nacional capaz de desarrollar el perfil en ‘C’ mediante el uso de láminas o rollos de acero de alta resistencia y entregarlo preparado para utilizarse en las obras.

Transcurrieron más de dos décadas para que existiera una máquina con estas características, la que además cuenta con el reconocimiento de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), el Consejo Nacional para la Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), quienes a su vez han participado en diversas etapas del proyecto.

El perfil “C” y sus ventajas

La vigueta Creacero fabricada en acero A50 se encuen­tra en cinco tamaños y tres calibres diferentes (4, 6, 8, 10, 12 pulgadas en calibres de 10, 12 y 14), lo que la hace adaptable a cualquier estructura. Tiene tres atizados: uno en el alma y dos en el peralte, que actúan para evitar la deformación. Asimismo, reduce la utilización de acero por metro cuadrado para los mismos esfuerzos a diferencia del modelo convencional.

Es compatible con cualquier tipo de componente de nue­va tecnología como el PET. Su forma permite unirlo con otro, formando una “caja” que fungiría como base para crear estructuras mucho más robustas de las usuales, capaces de soportar vientos de 500 km/h o sismos de categoría nueve.

“La roladora es el elemento base para crear figuras geométricas combinables en tamaño acorde a las necesidades del estructurista ba­sado en la tabla elaborada por ingenieros del IPN para validación de esfuerzos”, agregó el entrevistado.

Además dijo que “un ejemplo es una tien­da de autoservicio que normalmente tienen áreas muy grandes de cerca de 5 mil metros cuadrados y un orden de 12 a los 16 pilares. Usando el perfil Creacero hicimos varios desa­rrollos donde logramos reducir el número de columnas a la mitad. Es decir, en una tienda que tiene 12 apoyos podemos tener la misma área, la misma altura, el mismo esfuerzo pero con seis de estos; se tiene un mayor espacio para presentación de productos y se reduce el trabajo de obra civil”.

Una idea sustentable

Bajo el concepto de innovación fueron pen­sados tanto los perfiles y la roladora, como las franquicias; diferentes a las conocidas comercialmente, con el propósito de llegar a los micro empresarios de la construcción.

“Fomentamos la cadena de valor a nivel lo­cal, creando empleos y dándole pertenencia a la gente, quienes pueden tener un buen empleo otorgando soluciones estructurales a su comunidad. El pequeño fabricante va a necesitar un supervisor y varios técnicos, lo que además le facilita la capacidad de ha­cer diseños probados y calculados con es­tructura más ligera y con mejor presentación visual”, señaló Cornejo Lizarralde.

También al ser todas las estructuras atorni­lladas, se tiene la posibilidad de montarlas y desmontarlas de los cimientos en el mo­mento que sea necesario; por lo que no sería necesario volver a contaminar usando más energía.

 

Por: María Luisa López Téllez

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